¿Por qué es tan difícil cambiar de clase social? Parte 1
Desde que el ser humano existe, ha nacido en él una ambición por el progreso personal y el ascenso en la escala social. Sin embargo a día de hoy parece imposible. ¿Por qué? Te lo cuento:
El ascenso hacia la riqueza de la clase media
El caso que nos ocupa es el tuyo y el mío. Somos personas trabajadoras y, como cualquiera, aspiramos a una vida en la que la economía, final de mes, salir a cenar o permitirnos una gasto imprevisto, como puede ser un electrodoméstico o una reparación costosa, no sean problemas sino simples circunstancias.
Pero amiga, amigo, las cosas no suceden así. El salario medio en España era de apenas 25.300€ brutos, y el más habitual de tan solo 18.503. España no es país para grandes salarios. Y si nos fijamos en las cifras de paro, parece que tampoco para trabajadores. Las siguientes noticias quizá nos ayuden a entender mejor:
España tiene un 20,4% de población en riesgo de pobreza en 2022.
Lideramos en desempleo juvenil en la UE con un 28,4% de la población joven desempleada
¿Cómo hemos alcanzado una situación tan desfavorable y cómo podemos revertirlo?
A la primera pregunta responderemos a nivel macro y a la segunda, la responderemos en una segunda newsletter con herramientas personales que te ayuden a romper este techo económico.
Comenzamos.
Las razones para el desastre
España y sus pensiones
Las pensiones fueron una herencia franquista que aún nos pesa. A día de hoy se dedica cerca de un 25% del presupuesto estatal anual a pensiones. Y crece cada mes debido a la revalorización de las mismas conforme al IPC (el indicador que muestra el nivel de crecimiento de los precios). Esto obliga a pagar más conforme crece la inflación.
Esto sería bueno si no fuera porque el pensionista no está recibiendo sus ahorros en vida, sino que está siendo mantenido por los actuales trabajadores. En el inicio, el sistema sostenía a cada pensionista con casi 17 trabajadores cotizantes, por lo que los costes que soportaba cada trabajador eran bajos (es decir, pagaba menos impuestos). Pero, actualmente apenas contamos con 3,3 trabajadores por pensionista. Esto, unido a una baja natalidad (apenas 200K niños entre 48 millones de habitantes) nos ha condenado a un incremento irremediable del gasto público y, por ende, de los impuestos.
La baja productividad española
En España, los altos costes laborales han derivado en una falta de inversión en innovación por parte de las empresas:
Menos innovación = menos tecnología = más coste de producción
Esto lleva a que países que producen más barato hayan llenado nuestros mercados, desplazando al fabricante local y perdiendo competitividad. Además, hemos centrado una parte importante de nuestros esfuerzos en sectores de bajo valor añadido como es turismo y hostelería. Negocios que no van a hacer crecer tu riqueza ni la de tu país.
Dificultad del emprendimiento
Un país donde el 29% de los jóvenes ha opositado o está en ello y un 22% adicional piensa hacerlo está condenado. El sector público no da empleo, solo gastos. Ya que, en términos netos, el mismo dinero que sale de tu bolsillo en impuestos, entra de nuevo en nóminas.
Emprender genera riqueza, empresas y oportunidades de innovación. Un país donde no nacen nuevas empresas es un país que irá empobreciéndose a medida que surjan nuevas startups en el extranjero.
La nula educación financiera
En otros países, las pensiones, la sanidad, la educación… Corren a cuenta del individuo. Por ello, si no se educa en finanzas y planifica su economía, está vendido a las circunstancias adversas de la vida. En España, por desgracia, tenemos todo cubierto por lo público, lo que se traduce en que no tenemos que preocuparnos de nuestro dinero porque ya se encarga el Estado de gestionarlo. Esto ha derivado en las penurias de muchos pensionistas actuales, en que un segmento importante de las familiar deban pedir créditos para irse de vacaciones y en que el producto financiero más contratados sean:
La tarjeta de crédito (cómo no, a tirar de crédito)
El préstamo personal (de nuevo, a consumo)
La cuenta de ahorro (con unos rendimientos realmente bajos).
Esto dice demasiado de la educación financiera del español medio.
Lecturas para entender mejor la economía
1. “Economía para dummies” de Steven Landsburg
El libro comienza con una introducción a los conceptos básicos de la macroeconomía, como el PIB, la inflación y el desempleo. Luego, Landsburg discute los diferentes tipos de políticas económicas, como la política fiscal, la política monetaria y la política comercial. Finalmente, el libro analiza los desafíos económicos que enfrentan los países en la actualidad, como el cambio climático y la desigualdad.
2. “La economía en una lección” de Henry Hazlitt
El libro comienza con una discusión sobre los conceptos básicos de la oferta y la demanda. Luego, Hazlitt analiza los diferentes tipos de recursos económicos y cómo se utilizan, para finalmente, discutir los diferentes tipos de sistemas económicos y sus méritos.
3. “La acción humana” de Ludwig Von Mises (Solo para atrevidos)
En este libro, Mises presenta una teoría general de la acción humana, que se aplica a todos los aspectos de la vida económica. Mises argumenta que siempre tiene un propósito o un objetivo. La acción humana es también racional, en el sentido de que las personas siempre eligen los medios que creen que les darán los mejores resultados posibles.
Mises examina una amplia gama de temas económicos, incluyendo la formación de precios, la función del dinero, el papel del gobierno en la economía, y los ciclos económicos. Mises también critica el socialismo, que considera un sistema económico imposible de funcionar.
Sin duda, estos libros suponen una excelente base para comenzar a entender un poco mejor el mundo y su funcionamiento. Deseo profundamente que despierten su interés.
En la segunda parte de esta newsletter desarrollaremos las herramientas personales que pueden ayudarle a salir del empobrecimiento paulatino y a hacer crecer su patrimonio empezando desde 0.